Interpretación de un texto latino

de Juan Valera



En la huerta de un convento de monjas y colegio de educandas, había unos cuantos perales que estaban cargados de exquisita fruta.


Siempre que podían las novicias, cuando el viejo hortelano se descuidaba y no las vigilaba, iban a los perales y se comían las peras.

 

Enojada la madre abadesa, las reprendió calificando de hurto, y, por consiguiente, de acción muy fea lo que habían hecho.

 

La más desenfadada y picotera de las novicias se atrevió a responder entonces:

 

-Pues no será tan malo eso de quitar peras, cuando en la iglesia cantamos casi  a diario: qui temperas...

 

-Es cierto, replicó la madre abadesa, pero también añade el sagrado texto rerum vices, raras veces. 

 

FIN



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